Cuando el dolor menstrual no es normal (podría ser endometriosis)

¿Tienes fuertes dolores menstruales? No tendrías por qué.

El dolor menstrual es bastante común, por eso tendemos a pensar que es algo que simplemente viene de la mano de la menstruación. Sin embargo, el dolor menstrual “normal” no debería impedir que hagas tu vida. Y debería desaparecer con la dieta indicada y los suplementos apropiados.

Para decirlo de otra manera: si el dolor no desaparece con un tratamiento sencillo, entonces no se trata de un dolor menstrual normal. Se trata de un dolor menstrual fuerte y podría ser indicador de un problema de salud subyacente, como la endometriosis o la adenomiosis.

¿Cómo es el dolor menstrual normal?

El dolor menstrual normal (dismenorrea primaria) consiste en algunos cólicos en el abdomen bajo o la zona lumbar. Se presenta durante el primer día o los dos primeros días de la menstruación y se calma con ibuprofeno. No interfiere con tus actividades cotidianas.

La causa del dolor menstrual normal es la liberación de prostaglandina en el útero y en general, va disminuyendo con la edad.

El dolor menstrual intenso (dismenorrea secundaria) consiste en un dolor punzante, quemazón, ardor o pinchazos que dura varios días y puede presentarse incluso en el período entre menstruaciones. No se calma con ibuprofeno y puede ser tan fuerte que te hace vomitar, faltar a la escuela o al trabajo.

La causa del dolor menstrual intenso es un problema de salud subyacente, como la endometriosis, la adenomiosis o la disfunción del suelo pélvico. Puede empeorar con la edad.

Para más información, puedes leer (en inglés): “Pain is NOT a symptom of PCOS” (El dolor no es síntoma del síndrome de ovario poliquístico).

¿Cómo tratar el dolor menstrual normal?

Aquí te comparto algunas estrategias sencillas para lidiar con el dolor menstrual normal:

Evitar los lácteos. Eliminar de tu dieta la leche de vaca es la forma más simple y confiable para evitar el dolor menstrual. Al eliminar los lácteos, evitamos ingerir la proteína caseína A1, que genera inflamación. Tener menos inflamación y menos histamina significa menos dolor menstrual. Para ampliar esta información, puedes leer (en inglés): “What dairy does to periods” (El efecto de los lácteos en la menstruación). Los lácteos no son el único alimento que genera inflamación. También el trigo, el aceite vegetal y los alimentos ricos en histamina pueden propiciar el dolor menstrual.

El magnesio es efectivo tanto en la prevención como en el tratamiento del dolor menstrual agudo. Por ejemplo, puedes ingerir 300 mg de magnesio durante el mes para disminuir el nivel de prostaglandina en tu cuerpo. Y puedes ingerir una cantidad extra de magnesio durante la menstruación para aliviar el dolor (sólo debes tener cuidado de no excederte porque puede generar diarrea).

El zinc reduce la prostaglandina y mejora la circulación de sangre hacia el útero. Su utilización dio muy buenos resultados en una prueba clínica realizada en 2015 para tratar el dolor menstrual en adolescentes. Yo pido análisis para saber si hay una deficiencia de zinc y, en ese caso, prescribo 30 mg de zinc diarios a lo largo del mes.

Igual que el magnesio, la cúrcuma es muy buena tanto en la prevención como en el tratamiento del dolor menstrual agudo. Recomiendo una dosis diaria de un extracto estandarizado como prevención y una dosis extra si hay dolor durante la menstruación. La cúrcuma también hace la menstruación sustancialmente menos abundante.

Prueba estos tratamientos durante tres meses. Si no notas una mejora importante, entonces pregúntate y pregunta a tu doctora o doctor: “¿Puede ser que tenga algo más?”.

¿Tienes endometriosis?

La endometriosis afecta a una de cada diez mujeres y es un gran problema. No se trata sólo de menstruaciones dolorosas. De hecho, es una enfermedad inflamatoria de todo el cuerpo, que se caracteriza por lesiones que presentan un tejido similar al revestimiento uterino (endometrio), sólo que están fuera del útero. Se las llama “lesiones de endometriosis” o “endometriomas” (quistes chocolate) y provocan dolores y cicatrices diseminadas.

El dolor es el síntoma principal de la endometriosis, pero no el único. Otros síntomas son: sangrados entre menstruaciones, dolor durante el sexo y una desconcertante variedad de problemas digestivos y urinarios. Por ejemplo, una paciente mía tenía dolores recurrentes al orinar y le dieron una tras otra receta de antibióticos que no la ayudaban. No tenía dolor menstrual, pero en un momento finalmente le preguntó a su ginecóloga: “¿Podría ser que tenga endometriosis?”. Luego de investigar más a fondo, resultó que sí, tenía lesiones de endometriosis en su vejiga y en su uretra, y eso era lo que causaba sus problemas urinarios.

No es raro encontrar este tipo de historias. Diagnosticar la endometriosis suele llevar más de diez años y mientras tanto, las mujeres sufren. De todas las adolescentes que consultan por dolores pélvicos crónicos, el 70% termina con un diagnóstico de endometriosis.

No dejes que eso te pase a ti. No pases una década sufriendo dolores incapacitantes mientras te dicen que es “sólo dolor menstrual” y que no hay nada que puedas hacer. Te recomiendo mirar la película Endowhat? y luego hablar con tu médica o médico. Cuéntale cuántos analgésicos tomas. Dile que te duele tanto que no puedes ir a trabajar. Pregúntale si puede ser endometriosis. Recuerda que una ecografía común no necesariamente detecta la endometriosis ni la adenomiosis.

Ya que aún no contamos con un examen no invasivo, la única manera de diagnosticar y tratar definitivamente la endometriosis es la cirugía laparoscópica. Suena aterrador, pero deberías al menos considerar la cirugía como posibilidad, ya que una extirpación a tiempo puede –en algunos casos– lograr erradicar la enfermedad. Incluso en los casos en los que la cirugía no logra curarla completamente, reduce significativamente el dolor y la inflamación, y puede abrir una puerta a que obtengas mejores resultados con otros tratamientos, ya sea farmacológicos o naturales.

Para más información sobre tratamientos naturales para la endometriosis, puedes leer Tratamiento inmunológico para la endometriosis.

Traducción: Verónica Gelman

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